Carta al Presidente de Cuba
Mensaje anónimo de nuestra comunidad
3d ago
jueves, 9 de octubre de 2025
Inspirada en
Esta carta fue inspirada por:
Señor Presidente de la República de Cuba
Ciudad de La Habana
Presente:
Mire usted, me siento en el deber de escribirle esta carta, con el dolor, la rabia y la impotencia de un cubano que ve cómo este país se desmorona día tras día, mientras quienes gobiernan andan con discursos vacíos y promesas que se las lleva el viento.
Hoy me entero de que el Hospital Pediátrico Provincial Eliseo Noel Caamaño, en Matanzas, está al borde del colapso: todas las camas ocupadas por el auge de enfermedades virales, por arbovirosis, rotavirus, lo que sea — la gente enferma, los niños sufriendo, y el sistema sanitario sin respiro.
CiberCuba
¿Y usted qué hace? ¿Se desentiende desde el despacho, con medias verdades y cifras que no se creen ni los que las dan? Dicen por ahí que no falta recurso dentro del hospital y que no hay casos críticos, que nada está “fuera de control”. Pero la realidad de afuera grita otra cosa: que hay hospitales saturados, familias angustiadas, falta de insumos, falta de prevención, infraestructura deteriorada, pésima planificación.
Quiero que usted lo escuche fuerte y claro:
Cuando un hospital pediátrico colapsa, lo que está fallando no es el pediátrico, es el modelo que usted dirige.
No basta con reorganizar pacientes, trasladarlos o “reforzar protocolos”. Eso es parche tras parche. Usted tiene que asumir responsabilidad por años de abandono a la salud pública, déficit en inversión, ineficiencia, corrupción y burocracia que tranca todo.
Ustedes presumen que no hay “casos críticos” ahora mismo, que no hay muertos recientes. Pero eso no borra el sufrimiento diario, los niños que llegan tarde, los padres que no tienen por dónde.
Usted habla de vigilancia epidemiológica, de intervenciones oportunas. Pero si el sistema de fumigación, de control vectorial, los equipos básicos, los laboratorios, los insumos médicos no funcionan bien, lanzarse a esas batallas es dar contra viento y marea sin armas.
Señor Presidente: si usted tiene dignidad, si realmente le preocupa Cuba, basta ya de discursos de propaganda, de negar la crisis, de maquillar cifras. Hay que actuar con urgencia: invertir fuertemente en salud, abrir espacio para que los médicos denuncien sin miedo, dejar entrar ayuda internacional seria y responsable, renovar equipos, habilitar hospitales, garantizar medicamentos.
No le hablo desde la oposición ni desde el “exilio”, le hablo desde adentro, desde el barro, desde la gente que ve morir esperanzas. Usted dejó que el sistema sanitario se enferme hasta la médula, y ahora esa enfermedad alcanza a los más inocentes: los niños.
Voy a cerrar esta carta con un reclamo: acabe con la coraza del silencio. Deje que circule la crítica, escuche el clamor del pueblo, cambie el rumbo. No piense en su legado de discursos, piense en los niños que podrían curarse, en los padres que no vivan con temor.
Sin más por el momento, esperando que esta carta no sea uno más de tantos papeles que usted guarda en alguna gaveta, le saluda con la esperanza persistente (porque si los cubanos dejamos de esperar, no hay futuro alguno).
Desde Miami, Un cubano con dolor y exigencia.
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