Carta al Presidente de Cuba

No sé si usted realmente ignora lo que pasa en este país o si simplemente se burla del pueblo. Porque hay que tener mucho descaro para ponerse unos tenis de más de 300 dólares y posar con un escobillón frente a las cámaras mientras La Habana se hunde en basura, apagones y enfermedades.

¿De verdad cree que con una jornada de “higienización” va a limpiar el desastre que ha creado su gobierno? No hay escobillón que pueda barrer el dengue, el chikungunya ni el oropouche. No hay foto propagandística que tape el olor a podrido que sale de los contenedores rebosados, ni el cansancio de la gente que no tiene agua, ni corriente, ni esperanza.

Ustedes hablan de “trabajo voluntario”, pero el pueblo lleva 65 años trabajando a la fuerza, sobreviviendo como puede, pagando cada error de una cúpula que vive entre privilegios. ¿Cuántos hospitales colapsados más necesita para entender que el país se cae a pedazos mientras GAESA sigue levantando hoteles vacíos?

No, Díaz-Canel, el problema no es la basura: el problema es el sistema que usted representa. Es la represión, el control, la mentira. Es ese “teatro revolucionario” donde usted finge ser uno más del pueblo, pero viaja en autos con aire acondicionado y escoltas mientras la gente anda a oscuras.

Usted exige sacrificio a un pueblo que ya no tiene nada más que entregar. Ya no hay fe, ya no hay paciencia, ya no hay miedo. Y por más propaganda que intenten, la realidad está en las calles, no en el noticiero.

Quizás barrer le sirva de ejercicio, pero el verdadero trabajo que debería hacer es limpiar la corrupción, la censura y el abuso que asfixian a este país. Ese es el único trabajo útil que podría hacer por Cuba.