Carta al Presidente de Cuba
Mensaje anónimo de nuestra comunidad
5d ago
martes, 7 de octubre de 2025
Mientras usted da discursos y posa frente a cámaras, en mi casa como en miles de hogares cubanos no hay luz otra vez. Ni ventilador, ni agua, ni comida que aguante sin echarse a perder. Y no es un día ni dos. Es la rutina de un país que vive apagado.
¿Usted sabe lo que es ver a un anciano sudando sin poder dormir porque el calor es insoportable? ¿Sabe lo que es tener un niño con fiebre en plena madrugada sin electricidad? Eso, señor, también es violencia. Una violencia silenciosa que enferma, que desespera, que mata poco a poco.
Nos piden resistencia, pero la resistencia tiene límites. Nos hablan de comprensión, pero no hay comprensión posible cuando el Estado no cumple con lo más básico: garantizar condiciones mínimas de vida. No se puede pedir calma a un pueblo que pasa horas en penumbra, sin refrigerador, sin medicamentos, sin información, sin esperanza.
Ustedes siempre tienen una excusa: que si el bloqueo, que si el combustible, que si el clima. Pero la verdad es que los apagones no son solo de corriente, son de gestión, de respeto, de vergüenza. Son el reflejo de un país mal administrado, donde las prioridades están invertidas y la vida del pueblo no vale lo mismo que los hoteles que construyen vacíos.
Los cubanos queremos dormir sin miedo a que se nos pudra la comida o nos atormente el calor. Queremos poder vivir con la luz encendida, porque ya bastante oscuridad hay en todo lo demás.
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