Carta al Presidente de Cuba
Mensaje anónimo de nuestra comunidad
3d ago
jueves, 9 de octubre de 2025
Inspirada en
Esta carta fue inspirada por:
Escuché su reciente llamado a enfrentar la crisis con “audacia revolucionaria”, y créame, me quedé pensando en esa frase. ¿Audacia? ¿Revolucionaria? Tal vez la palabra que más necesitamos hoy es honestidad. Porque lo que está pasando en Cuba no se resuelve con consignas, sino con valor para admitir que el modelo que usted defiende no funciona.
Usted pide más trabajo, más producción, más eficiencia. Pero, ¿cómo se produce sin corriente? ¿Cómo se trabaja sin transporte, sin alimentos, sin motivación? ¿Cómo se es eficiente en un país donde el esfuerzo no se premia y el talento se ahoga en burocracia? No hay audacia posible cuando el obrero pasa diez horas en apagón y luego hace cola tres más para conseguir arroz.
Dice usted que “nadie nos va a resolver los problemas de Cuba”. En eso tiene razón. Pero quienes los provocaron tampoco parecen dispuestos a resolverlos. Cada discurso suyo promete un nuevo impulso al turismo, a las exportaciones, a la agricultura… y sin embargo, el pueblo sigue igual: cansado, frustrado y, sobre todo, sin esperanza.
Nos pide creatividad. Pero la verdadera creatividad del cubano no está en inventar consignas, sino en sobrevivir: en cocinar sin gas, en dormir sin ventilador, en buscar agua con cubos porque el tanque no se llena. Usted habla de audacia, pero la audacia real está en los médicos que operan con linternas, en los padres que inventan meriendas sin harina, en los jóvenes que se lanzan al mar porque ya no creen en ningún “plan de la economía”.
El país se desangra entre apagones, mosquitos y discursos. Y mientras tanto, el gobierno sigue hablando de “eficiencia socialista” y de “impulsar el turismo”, como si la miseria pudiera maquillarse con hoteles vacíos.
No, presidente. Lo que Cuba necesita no es más “audacia revolucionaria”, sino una revolución de la verdad. Necesita líderes que escuchen, que rindan cuentas, que acepten errores y permitan al pueblo decidir su destino.
Porque ya no hay más excusas, ni más bloqueo que el interno.
Y el mayor acto de audacia que usted podría tener hoy, señor Díaz-Canel, sería reconocerlo.
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